Exhibición retrospectiva Yves Saint Laurent











Hace unos días tuve la oportunidad si no es que el privilegio de visitar la exhibición retrospectiva de Yves Saint Laurent en el Museo de Arte de Denver Colorado.  Para mí fue un doble premio pues la Fundación Pièrre Berger trajo la exhibición solamente a esta ciudad en toda América además de haberla presentado en Paris y en Madrid.  

Si acaso tienen la oportunidad de ver el documental titulado "L'Amour Fou" - El Amor Loco - se los recomiendo.  

Yves Saint Laurent nació en Orán una provincia de Marruecos pero prácticamente pasó toda su vida en Francia.  De jovencito tuvo la suerte de trabajar en el taller de Christian Dior donde de inmediato Monsieur Dior vio el talento que fluía del joven Saint Laurent en sus diseños a lápiz y posteriormente en las ideas que aportaba.  A la muerte de Christian Dior, la firma convierte a Yves de inmediato en jefe del taller y la prensa francesa se fascina con la primera colección presentada ya bajo su dirección.

Pero siempre hay algo que cambia completamente el destino de un individuo. 

Yves recibe una carta del gobierno de Marruecos donde se le informa que como nunca hizo su servicio militar, deberá presentarse para cumplir varios meses de cárcel sin fianza y sin otro tipo de arreglo más conveniente.  

La firma Dior, quien considera que este incidente empañaría la reputación de la Casa de Moda, le pide a Yves su renuncia y el diseñador de repente se encuentra desempleado y con un futuro no muy alentador.

Ya para este momento, Saint Laurent habia establecido una relación personal e íntima con Pierre Berger quien le dijo: No te descorazones. A tu regreso a Francia, abriremos tu propio atelier.

Al tiempo que Yves cumplía con su sentencia, Berger buscaba inversionistas. Le abrieron y cerraron muchas puertas. Los dueños de los dineros no querían invertir en la promesa de un joven diseñador.  Finalmente un inversionista norteamericano decide embarcarse en el proyecto y en pocos meses queda montado el famoso atelier del diseñador en la Rue de Babylone en la Rive Gauche de Paris.

A partir de ese momento, nace para admiración de todo el mundo de la moda, la firma YSL presentando dos colecciones al año que una y otra vez los dejarían boquiabertos.  Francia ha regalado al mundo una buena cantidad de nombres en el universo de la moda pero la influencia y presencia que tuvo Saint Laurent jamás ha sido sobrepasada por nadie.  

De él nació el término hoy conocido mundialmente como el Prèt à Porter donde el gran diseño exclusivo bajó un pequeño escalón para ponerse al alcance de quien lo adquiría. Se confeccionaban pocas prendas a partir de la colección presentada, nada era producido en multi series pero ya una mujer podía acceder a dicha prenda sin que se le tuviera que confeccionar solamente a ella.

Yves jamás trabajaba sobre maniquíes sino sobre modelos.  Trabajaba su diseño en muselina sobre una de sus modelos -de carne y hueso- pues decía que era la única forma que podía ver la vida, fluidez y comportamiento de las telas.  

Nunca estuvo interesado en hacer grandes y largos viajes. Se metía a la cultura "visual" de países lejanos o exóticos a través de hermosos libros de arte y a partir de allí creaba sus fantasías.   




A Yves le debemos el traje-pantalón. También fue él quien utilizó por primera vez géneros como el cuero o la gamuza para elaborar prendas combinándolas con lanas y con sedas.  La prensa se horrorizaba al principio pues siempre se relacionaba el cuero con la vestimenta de un "rebelde sin causa".


La exhibición deja a uno con la boca abierta.  A la entrada se presenta el video del último desfile de modas, justo el día en que Saint Laurent comunicó a la prensa que se retiraba ya del medio.  He de hacer aquí un paréntesis para comentarles que poco a poco el diseñador fue cayendo en una grave depresión misma que a finales de los 70's lo llevó a tener que acudir a rehabilitación pues el uso desmedido de alcohol y drogas lo habían llevado a un punto ya sin retorno.  Se había convertido en parte del grupo selecto de jet setters que viajaba de Paris a Nueva York y pasaba hasta el amanecer en los clubes y boîtes de nuit.  Su relación con Pierre Berger se había deteriorado terriblemente y no fue sino hasta que accedió a pedir ayuda que pudo retomar las riendas de su vida.  







Por supuesto, antes de que ese torbellino lo envolviera, su dicha eterna estaba al entrar en su taller todos los días.  Se colocaba su bata blanca y trabajaba haciendo lo que quería con las telas, las manejaba y manipulaba buscándoles sus propiedades, su caída, sus combinaciones.  Y se rodeaba de cosas bellas. Siempre de cosas bellas.  La colección de arte que recopiló la pareja y con que decoraron su hermoso piso a una cuadra del Hôtel Lutèce se puede ver en el bellísimo documental que les comento al principio de esta nota.   

Su musa fue quien sino Catherine Deneuve.  Una sala de la exhibición recrea el armario de la actriz con su ropa, vestidos de noche, abrigos, bolsos, zapatos y joyería.   

Algo digno de comentar es la visión a largo plazo que tuvo Berger respecto al talento de su pareja.  Desde el inicio se dedicó a catalogar y archivar absolutamente todo el material que provenía de la mano de Saint Laurent: bocetos, cuadernos, muselinas y por supuesto todos y cada uno de los trajes presentados en cada colección - mismos que fueron guardados siempre como si fueran piezas de museo para el deleite futuro como se comprueba en esta ocasión.  

Yves Saint Laurent fue una persona querida incondicionalmente por todo aquel o aquella que trabajaba para él.  Jamás exhibió prepotencia o comportamiento de diva al tiempo que trabajaba y creaba estas ilusiones textiles.  A todos les otorgaba su sitio y les hacía sentir la importancia que merecían.  Esto siempre fue atesorado por todos quienes si en alguna ocasión previas 24 horas a la pasarela se les comunicaba que había que descoser tal o cual prenda pues algo no cazaba con los estándares del diseñador, sin chistar se hacía y ningun rencor se guardaba.  Su atelier era un equipo, una familia.  







Estos sacos fueron bordados completamente en los talleres de Lessage. El mismo Monsieur Lessage captó lo que YSL quería y lo desarrolló en sus talleres. Eran dos sacos inspirados en los Irises y los Girasoles de Van Gogh y fue tarea de Lessage el bordarlos con pedrería y listones además de añadir algunas pinceladas para resaltar la luz y la sombra. En verdad no quiere uno apartarse de la vitrina donde están expuestos pues la vista no alcanzan para captar tal maravilla en el arte del bordado a mano.  


La museografía es vital en la presentación de una muestra de este calibre.  La sala donde están colocados todos los trajes "esmoking" sobre un gran muro es de lo más fantástico. Además con el precio de admisión a la muestra nos entregaron la guía de audio que fue un gran complemento a la visita.  


A través de un pasaje que conecta dos de las salas, se colocaron las muestras textiles que formaban parte de la gigantesca colección de referencias. Es hermoso verlas de cerca y admirar su textura además de la nostalgia de ver el puño y letra del diseñador con sus anotaciones.

La luz con la que iluminan esta sala viene a hacerlo todo. 







Hemos de pensar también en el proceso que llevó el transportar y montar la colección para exhibirla.   Una vez que llegaron los contenedores, dos empleados y valuadores de la Fundación Berger constataron que cada prenda llegó en perfecto estado.  Aqui pueden ver algunas fotografías donde se aprecia la manera en que venían empaquetadas las prendas y con qué cuidado se fueron colocando en los maniquíes.  

Cada prenda venía empacada entre pliegos y plegos de papel de china. 










Los sombreros, los bolsos de mano y los zapatos, todos accesorios del mismo diseñador por supuesto.  

Los maniquíes vinieron también de Francia y el ajuste de  cada prenda inclusive de cada zapato era absolutamente perfecto. 

La última sala muestra la ropa de baile.  En los muros había fotografías gigantescas de aquella increíble escena de la película de Visconti "Il Gattopardo".  


A mí personalmente se me hizo poco el tiempo que pasé disfrutando el ver todos y cada uno de estos objetos.  Aquí ya por último les dejo la fotografía de cuando Carla Bruni (el aquel tiempo maniquí de YSL) modeló este traje que formó parte de la colección en la que el diseñador se inspiró en los grandes pintores.  Este modelo nació de la inspiración en la pintura de Braque. 

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