El método fue el teñido de telas utilizando cubitos de hielo.
Es poco el pigmento que se espolvorea sobre el hielo para poder lograr tonalidades |
Sobre el tinte fui espolvoreando también sal gruesa. El efecto que hace es que absorbe parte del tinte dando así más sombreado y textura |
Primeramente sumergí las piezas detela en una cubeta con agua y Synthrapol que ayuda a eliminar cualquier apresto en la tela además de hacer que los tintes penetren más a fondo en la tela a teñir. Después de media hora, exprimí cada pieza de tela (utilizando guantes) y la fui colocando en una cubeta como si se preparara uno de esos postres que están elaborados a base de capas de fruta, dulce y crema.
En este caso la primera capa fue la tela, la segunda capa fue una cama de cubitos de hielo, la tercera capa el pigmento en polvo.
Aquí es donde puede uno inventar lo que uno quiera. Para este proceso contaba yo con 5 diferentes pigmentos así que los fui espolvoreando levemente sobre el hielo. Aquí no hay receta. De nuevo, una pieza de tela, otra capa de cubitos de hielo y mas pigmento espolvoreado. Así preparé 5 capas.
Con mucho cuidado coloqué el recipiente en un sitio fresco y lo dejé por 24 horas. Se puede ir a espiarlo pero no se debe de mover de lugar. Comienza el deshielo y con ello la sorpresa que descubriremos al día siguiente que se enjuaga la tela de residuo de tinte que queda en la cubeta.
Los resultados son espectaculares. Yo no voy a utilizar esta telas como un todo sino para elegir distintas áreas de luz y sombra, de claros y oscuros, de tonalidades para hacer paisajes, flores, aves. No hay freno a lo que la imaginación pueda desarrollar.
La tela puede colocarse extendida, anudada, apretada. Se le pueden añadir materiales pesados que no permitan la entrada completa del tinte por ejemplo.
Quedé verdaderamente maravillada con el resultado.
Ya tengo más tintes y más tela para experimentar. Este será el proyecto del fin de semana y se me han ocurrido otras ideas. Ya les mostraré los resultados.